Lecciones de un Búfalo


Lecciones de un Búfalo 

Hay tanto que aprender de la creación!

Solo cuesta escudriñar la vida de un búfalo... nos daremos cuenta que el observa a su atacante. Y es que el búfalo contiene una joroba llena de aceite endurecido . Al ver a su enemigo se echa hacia atrás lentamente.

Cualquiera pensaría que le está huyendo... y hasta cierto punto eso hace.

El búfalo entonces comienza a dar vueltas y vueltas. Parecería que en este punto perdió la razón. Lo que su enemigo no sabe es que mientras hace este “ ritual” la temperatura del cuerpo del animal ya ha subido y el aceite de la joroba se ha derretido. Ahora tenemos un búfalo ungido y lleno de energía.

Lleno de aceite... listo para contraatacar. Su enemigo resbalará ante la amenaza del mismo.

Pero como si esto fuera poco, sus cuernos lisos forman una especie de casco tan duro que las balas  no pueden perforar ni las mordidas tampoco. Ni a su piel pues está saturada de aceite de arriba a abajo, ni su cabeza porque está protegida. De más está decir que los búfalos son capaces de llevar casi 3000 libras de peso sobre sus cuerpos.

Si vamos al Salmo 92:10  veremos que dice... Tu aumentarás mis fuerzas como las del búfalo. Seré ungido con aceite fresco! Esto presupone que nuestras fuerzas no están en su máximo nivel o pueden en algún momento no estarlo. También nos presenta ante la realidad latente de estudiar porque será que el búfalo es tan fuerte.

Tal como estos animales sorprendentes, deberíamos procurar estar ungidos para poder contraatacar al enemigo de las almas. Tal como ellos, deberíamos procurar contar con la lectura de su palabra para que nos fortalezcamos y creemos un”casco” tan duro que haga los dardos impenetrables. Deberíamos orar sin cesar para que sobre nuestros hombros podamos ser lo suficientemente fuertes como para sobrellevar los unos las cargas de los otros(Galatas 6:2)

Cuando David expresa con tanta certeza que El Señor aumentaría sus fuerzas como las del búfalo, dejó plasmada una realidad de la cual hoy podemos disfrutar. Hoy te exhorto a renovar tus fuerzas. Y si no puedes... Dile al Seńor... Renuévame! El lo hace...El lo ha hecho... El lo hará. No temas...Renuévate!


Norma Rondón

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