El Dios de Mis Padres


EL DIOS DE MIS PADRES

Mas yo en ti confío, oh Jehová;

Digo: Tu eres mi Dios.

Salmos 31:14


En el libro de Génesis [capítulos 25-35] encontramos la historia de Jacob. Una historia de engaños, trampas, mentiras, huidas y reconciliación. No obstante, sola una cosa quisiera resaltar en esta oportunidad y es la relación de Jacob con Dios. Jacob fue hijo de Isaac y Rebeca. Su hermano gemelo era Esaú. Jacob y su hermano fueron criados por sus padres, que eran creyentes en Dios. Por lo que el conocimiento o la creencia de que existía un Dios fue inculcada a Jacob desde que era apenas un niño. Con todo y eso, Jacob nunca tuvo un encuentro con Dios durante las primeras décadas de su vida.

Jacob siempre se refirió a Dios como el Dios de su padre o el Dios de sus antepasados (Génesis 27:20, 31:5, 31:42, 31:53 y 32:9). Jacob podía reconocer el favor y la bendición de Dios, pero, no había experimentado una relación personal con él. Por lo que se le hacía difícil referirse a Dios como “Mi Dios”. Hoy día, muchos jóvenes que asisten a la iglesia, lo hacen por el conocimiento o la creencia de que existe un Dios. Una creencia o convicción que ha sido transmitida a través de sus padres. Al igual que Jacob, estos aún conocen a Dios como el Dios de sus padres. Es decir, conocen a Dios por lo que Dios ha hecho en la vida de sus padres y no por lo que Dios ha hecho en sus propias vidas.

Sin embargo, llegó un momento a la vida de Jacob cuando tuvo que probar, ver y decidir en dónde poner su confianza. Entonces dijo: “Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir, y si volviere en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios” (Génesis 28:20-21). Es increíble como luego de estas palabras, Dios fue con Jacob durante los 20 años más duros de su vida. Jehová, le guardó en todos sus viajes, le suplió comida, vestido y muchas ganancias y; Jacob, finalmente pudo volver en paz a la casa de su padre. Al ver todo lo que Dios pudo hacer en su vida, Jacob comprendió que Dios era mucho más que el Dios de sus padres. Jehová era también su Dios (Génesis 33:20). Jacob, tuvo la oportunidad de experimentar a un Dios personal. Ya no se refería a Dios como antes lo hacía. Para Jacob, Dios era el Dios de Israel [Israel, el nuevo nombre que Dios le puso a Jacob].

Es tiempo que, como jóvenes, probemos, veamos y decidamos en dónde poner nuestra confianza. Pongamos nuestra confianza de una vez en Dios. Ya no nos acerquemos a él por lo que otros nos han dicho, por tradición o por rutina. Vamos a acercarnos para experimentar nosotros mismos esa relación personal. De seguro nos maravillaremos de lo que Dios puede hacer en nuestras vidas. Ya no lo conoceremos como el Dios de nuestros padres o de nuestros ante pasados, Jehová será mi Dios, TU DIOS.

Escrito Por: Pastora de Jovenes - Marlin Torres


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