Promete Dejar un Legado

PROMETE DEJAR UN LEGADO

“Por tanto mis hermanos, estad firmes constantes, abundando siempre en la obra del Señor, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano”. 

1 Corintios 15:58

Una de las grandes interrogantes que se hacen los autores del libro La Resolución para Hombres es la siguiente: ¿Qué pasaría si millones de niños pudieran ver que Dios transformó a sus padres en papás cariñosos y tiernos, y en poderosos guerreros espirituales que andan en integridad y dejan un legado eterno? ¿Qué produciría esto en el corazón de nuestros hijos y en las generaciones futuras (nuestros nietos)?

Existe la necesidad urgente de hacer que el corazón de los padres se vuelva a los hijos y el de los hijos a los padres. Este es un llamado dirigido específicamente a los hombres  a seguir el ejemplo de determinación y liderazgo espiritual de Josué y decir: “Pero yo y mi casa serviremos al Señor”.
Tenemos que cambiar nuestro enfoque y dirigir nuestro esfuerzo para que sea Cristo quien gobierne por completo nuestro corazón y nuestro hogar. Debemos como hombres trabajar arduamente para que cuando estemos ante la presencia del Padre, escucharlo decir: “Bien hecho, buen trabajo”.

El hombre como sacerdote espiritual de su hogar tiene el desafío de romper las cadenas, ser un guerrero de la oración y convertirse en un mentor espiritual. Sólo de esta forma puedes ser un ejemplo no tan solo para tus hijos y nietos sino para todos aquellos hombres que te rodean.

Aunque llegará el momento en que tengan que tomar sus propias decisiones, cuando tus hijos sientan como el amor de Dios fluye de tu corazón hacia el de ellos, cuando escuchen la Palabra de Dios que sale de tus labios con valor y vean el poder de Dios que obra a través de tu vida transformada y las oraciones respondidas, se sentirán atraídos a conocer, a amar y seguir al Dios de su padre.

Para poder producir un impacto positivo en el mundo y luego a través de nuestros hijos y nietos cuando hayamos partido debemos:

Ser un fiel seguidor de Cristo
Ser un esposo fiel
Ser un padre fiel
Ser un líder espiritual firme en este mundo.

Si no lo amamos a Él primero y a nuestras esposas como lo ordena la Biblia; no podemos ser éxitosos con nuestros hijos, nietos ni con los que nos rodean.

El fracaso será inevitable si no utilizamos nuestra sabiduría y decidimos actuar apoyándonos en  nuestras propias fuerzas o perseverancia. Tenemos que humillarnos y depender de la gracia de Dios y de Su Espíritu. Precisamente esto fue lo que le sucedió a Pedro. Él resolvió ser fiel a Jesús pero se apoyó en sus propias fuerzas. El orgullo estaba entremezclado en su ser lo que lo llevó a un gran fracaso, terminando en negar ser un seguidor de Cristo en tres (3) ocasiones.

Necesitamos, amado hermano, un ejercito de hombres como Nehemías, que aún viendo las necesidades de la nación llamaron a los hombres de Dios a levantarse y a pelear por su matrimonio, por sus hijos y por las siguientes generaciones.

Hombres que aunque peleen contra la injusticia y se opongan al “status quo” (estado del momento actual), participen activamente en la reconstrucción de su familia, su iglesia y su nación para la gloria de Dios.

Sí, hombres que a pesar de ser golpeados y perseguidos se aferren a Dios con fe y entereza. Hombres que frente a las necesidades de liderazgo en la iglesia se atrevan a decir: “Imítame a mí, como yo imito a Cristo”. (1 Corintios 11:1)

Se busca una nueva generación de hombres como Jesucristo, que digan a Dios: “No se haga mi voluntad, sino la tuya”, y que al final de su vida puedan afirmar: “Padre, yo te glorifiqué en la tierra, terminando la obra que me diste que hiciera” (Juan 17:4).

¿Estamos dispuestos a esforzarnos con valor; con la fortaleza que nos provee Dios para poder cumplir con esta resolución por el resto de nuestras vidas y para Su gloria? Así nos ayude el Señor. Dios te bendiga.

Por: José A.  (Tony) Rodríguez