Nadie gana si no hay perdón
Nadie gana si no hay perdón “Por tanto, si traes tu ofrenda al altar,y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda” (Mateo 5:23-24). El perdón lo defino como una fuerza liberadora, capaz de abrazar el alma y traer consuelo al corazón herido. El perdón es como un bálsamo que logra restaurar las heridas más profundas y trae consigo la oportunidad de empezar de nuevo. Mucho se dice de la persona que otorga el perdón. Hasta he escuchado que cuando una persona perdona a otra, se libera de estar atado a algo que no le dejaba ser libre. Hay momentos en los que un hermano en la fe causa problemas a otros. Incluso, problemas que traen consigo gran tristeza a toda la congregación (2 Corintios 2:5-6). Ante esta situación no gana nadie. No gana quien retiene el perdón y mucho menos quien no lo recibe y lo necesita. Solo ...